Lo primero que necesitamos es disponer de un buen soporte jamonero, firme y robusto que sujete bien la pieza y evite movimientos indeseados. Los más comunes son los de madera aunque también los hay de acero inoxidable y los precios oscilan de unos pocos euros hasta unos cientos. Necesitaremos ademas un cuchillo denominado ‘jamonero’, de hoja larga (al menos 20 cm), estrecha y flexible. Los mejores son los de acero forjado aunque nos servirá cualquiera que cumpla las condiciones anteriores y esté bien afilado.
Si vamos a consumir el jamón en poco tiempo no importa por que lado lo empecemos pero si la pieza nos va a durar bastante tiempo colocaremos el jamón con la pezuña hacia abajo, quedando arriba la babilla que es la parte más estrecha y más seca.
El primer corte que hagamos debe ser de al menos 2 centímetros de grosor para quitar toda la grasa superficial. Esta loncha gruesa nos servirá para tapar el corte y evitar que se reseque desde la última vez cortemos hasta la siguiente. A medida que vayamos consumiendo la pieza iremos limpiando los laterales del corte para obtener lonchas limpias sin grasa rancia ni piel. El corte que llevemos debe seguir un plano lo más recto posible y paralelo al hueso principal de la pieza que empieza en la pezuña y recorre toda la pieza por su interior.
Una vez tengamos a la vista el hueso del jamón le daremos la vuelta 180 º y realizaremos la misma operación por la maza o parte ancha. Cuando hayamos terminado por este lado giraremos la pieza 90 º y lo colocaremos con la cara interior del jamón (la que no tiene corteza) hacia arriba para seguir cortando. Cuando acabemos aquí le daremos la vuelta 180 º y colocaremos la cara exterior (la de la corteza y la grasa) hacia arriba para realizar la misma operación. Con esto ya habremos consumido casi toda la pieza. El resto lo cortaremos con un cuchillo más pequeño para acceder a estas zonas más difíciles.
Para una degustación óptima debemos realizar lonchas finas y estrechas. La temperatura de consumo debe oscilar de 20 º a 25 º y siempre cortaremos la cantidad que vayamos a consumir unos minutos antes para conservar todo su aroma y jugosidad.